Algunos más y otros menos, pero estos niños/as presentan descoordinación en el desarrollo evolutivo, una limitación para la comunicación vocal, necesitando en ocasiones el empleo de sistemas de comunicación no vocal, y un potencial cognitivo diferente, que va desde la inteligencia recogida al retraso mental en sus diversos grados.
La prioridad del proceso educativo de los alumnos y alumnas con discapacidad motora, es lograr un desarrollo que les permita moverse lo más autónomamente posible, actuar sobre el entorno y comunicarse con los demás.
La respuesta educativa debe sustentarse en una estrecha colaboración entre la escuela y la familia, mediante el compromiso, la cooperación y el acuerdo. Los resultados educativos del alumnado con discapacidad motora dependerán del trabajo en equipo de los distintos profesionales que comparten los mismos objetivos educativos.
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